Por segundo día consecutivo, los monos nos han jodido esta mañana el café y el azúcar de la cocina. No sé qué desayunaremos hoy. Tengo por aquí unos higos secos y algo de pan de hace tres días...
Pero no quería escribir de monos sino de rinocerontes, esa especie de “carro de combate”, salido directamente de la prehistoria, que habita el sur de África. Los biólogos los clasifican en dos especies: el blanco y el negro. A pesar de su denominación cromática, ambos son completamente grises y en la práctica se les distingue por su alimentación y tamaño. La designación de “blanco” procede del término holandés weit (ancho) que progresivamente derivó hacia white (blanco, en inglés). Mucho más abundantes, se alimentan de hierba corta que pastan sin descanso para nutrir un cuerpo de 4 metros de largo y hasta 5 toneladas de peso. Es de carácter apacible… pero no de fiar.
El negro es más pequeño –un metro más corto– pero mucho más irascible y, si se le molesta, su ataque puede ser temible: imaginen tonelada y media, con un cuerno por delante, lanzada a más de 50 km/hora. Come ramas, brotes, hojas y arbustos a veces muy tóxicos para el hombre. Es miope, pero se orienta perfectamente gracias a su oído y a su olfato, muy desarrollados.
Ambos están en grave peligro. Implacablemente perseguidos por sus cuernos, de supuestos efectos afrodisíacos –aunque la realidad sea que, ingeridos en polvo, pueden producir un grave acceso de ántrax–, su número ha disminuido de manera alarmante en las sabanas y estepas cubiertas de matorrales donde abundaban tiempo atrás.
Sudáfrica está estudiando una solución drástica y sin precedentes para su protección. El gobierno planea abordar el problema de la caza furtiva por eliminación, no de los cazadores furtivos, sino de la “presa”, es decir, de los cuernos del rinoceronte, por el expeditivo método de descornarlos.
Para hacernos una idea del problema, de enero a agosto de este año han muerto en Sudáfrica 279 rinocerontes cazados ilegalmente. En el 2010 fueron 333 animales, frente a solo 13 en 2007. Este espectacular aumento se atribuye a la avidez del mercado asiático en el campo de la medicina tradicional, donde la demanda de cuerno de rinoceronte está en constante progreso y se paga literalmente a precio de oro.
La posición de Sudáfrica es delicada. Habiendo desarrollado un sistema de caza legal y emitidos 130 permisos para el 2011, no parece estar en las mejores condiciones de frenar el lado oscuro del sistema, aunque el descornado podría ayudar a resolver el rompecabezas.
De hecho, sin dejar de disfrutar de la caza legal, el país podría beneficiarse de esta iniciativa para la protección de las especies. El descornado de los rinocerontes ayudaría a desincentivar a los furtivos, proporcionando, de paso, una gran cantidad de “materia prima” de la que obtener fondos para invertir en una buena causa ecológica.
Desayuno: sándwich de higos secos y pan duro. ¡Jodidos monos!
IMAGEN: Arriba, rinoceronte adulto pastando en el Kruger National Park, Sudáfrica, la mayor reserva de animales salvajes de África, en la frontera con Mozambique. Abajo, anuncio de cápsulas de polvo de cuerno de rinoceronte. En un programa de la NDTV, algunas celebridades británicas admitieron haberlo consumido “para calentarse”.