En Sudáfrica los baños no tienen puerta. En la casa de mis fines de semana, lavabo, bañera y retrete están integrados en el dormitorio, justo detrás de la cabecera de la cama. Imaginen el impacto polifónico de ocasionales conciertos gástricos y el cruel olor a mierda en pituitarias sensibles. Cierto que el cuarto se puede airear, pero el inevitable asalto de los monos lo pone todo patas arriba, con una predilección por el azúcar y el café molido.
La ducha está fuera, en un singular corralito al aire libre. Se accede desde el dormitorio, siempre mirando al suelo por si se hubiera colado algún sediento bichejo desagradable. Arañas, pequeños reptiles e insectos de todo tipo, forma, tamaño y color nacen, viven, copulan, se agitan y mueren entre la hojarasca rústica del piso.
La casa está decorada con un agradable look afrikáner. No puede decirse que esté rodeada de un paisaje que emocione. La visión es ahora la de un enredo de ramas retorcidas, mustias, resecas y agostadas sobre un suelo polvoriento. La lluvia del otoño austral pone un poco de color en la escena. Mínimo, porque las altas hierbas y espinosas acacias de la sabana no dan mucho más de sí. Pero es un lugar tranquilo, de días sosegados y tardes serenas.
En Sudáfrica, afortunadamente, sus recursos naturales no parecen despertar la codicia de los grupos armados que asolan otros países del continente, mártires de una indeseable riqueza. Cuatro millones de personas han muerto por intereses difíciles de entender para nosotros, ciudadanos de otro mundo. Menos aún para los africanos, víctimas de la pobreza, violaciones, epidemias y hambre, atrapados en un círculo maldito del que se hace poco menos que imposible escapar.
Comandos irregulares siguen creyendo en el lenguaje de los kalashnikov, habituales en la vida de estas gentes. Se habla de paz, aunque sea difícil creer en ella. Hace unos días, guerrilleros ruandeses atacaron un campo de refugiados en Goma, Congo, la región en la que se firmó recientemente otro acuerdo más, tan inútil como los precedentes.
En medio de este caos, decenas de miles de niños son utilizados como soldados, porteadores y cocineros, más la esclavitud sexual de las niñas. Se les niega cruelmente su infancia y se convierte a todos, niños y niñas, en testigos y verdugos. Hace años se crearon “comisiones de desarme” para facilitar el proceso de integración en la vida civil de los grupos irregulares. Los menores no son tenidos en cuenta. Deben ser las ONG y las agencias de protección de la infancia las que ayuden en su vuelta a la normalidad. Cada uno con su nombre, con su historia de sufrimiento combinada con esperanzas y sueños.
El fotógrafo de ABC, Álvaro Ybarra Zabala, es el autor de una colección de fotografías que pone los pelos de punta. Ilustra guarderías –cuarteles de niños soldados– repletas de AK47, como juguetes. ¿Qué será de estos niños cuando termine la guerra?... ¿Siquiera a alguien le importa?...
Es complicado entender el mundo. Los astrónomos explican la lenta traslación de nuestro planeta alrededor del sol en 365 días. Creo que nosotros, cada uno de nosotros y luego todos juntos, podríamos decidir, influir y presionar para que se moviera en otra dirección.
IMÁGENES: Arriba, mi casa de los fines de semana en el “Raptor’s Lodge” de Hoedspruit. Centro, el corralito de la ducha al aire libre. Más abajo, niño soldado.
7 comentarios:
Que triste realidad social!!,pero como esos paises no tienen "peso" en el mundo, las grnades potencias econmicas nno hacen nada y miran para otro lado!!
Pensar que Africa es la "cuna primitiva del hombre", segun arqueologos,antropologos,etc
Ojala se revierta esa miseria humana
Un abrazo
Oscar Doyle
PD:Te felicito!!, España tiene hoy por hoy el mejor equipo del mundo , palabra de un futbolero!!
Se ve que Africa te ha atrapado, y tus escritos atrapan también a quien los lee. Gracias por compartirlos
No conozco Africa, sí mi America Latina, y hay tanto para hacer que no creo que den los días nunca. Pero el consuelo está en que cuando alguien avanza un poquito es un pedacito menos que queda por arreglar.
La belleza de la naturaleza, por suerte, por mas que el hombre se empeñe a veces no logra destruirla y los atardeceres hermosos de Ushuaia, o de Cuzco siguen existiendo. El grano de arena está como dice Neruda en que todos los días uno mas pueda verlo y un niño mas pueda tener la esperanza de que su atardecer de mañana sea mejor que el que está experimentando hoy.
Por suerte en eso estamos unos cuantos!!!
Y nuevamente gracias por compartir
Primavera
Muchos ánimos!
Un abrazo desde el Tour!
Pascale
que tristeza!!!! Félix!!! y cuanto sufrimiento de estos niños y niñas! tantas veces nos ahogamos en nuestras miserias, y al ver la pobreza y la dura realidad que les toca a estos inocentes te das cuenta que nuestras vidas están llena de bendiciones!
A mi me gustaria ser -tú - para tener tantas cosas que contar . Tu escribes yo leo.
Condenado por reclutar niños soldado.
La primera sentencia firme dictada por la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya dejó ayer un sabor agridulce.
El condenado, Thomas Lubanga, es un antiguo señor congoleño de la guerra que reclutó niños soldado entre 2002 y 2003.
La Corte ha considerado la práctica un crimen de guerra y le ha impuesto 14 años de cárcel. La decisión, sin embargo, no fue tomada por unanimidad.
La juez costarricense Elisabeth Odio Benito, miembro de la sala encargada del caso, expresó su desacuerdo con la falta de reconocimiento “del daño causado por la violencia sexual padecida por los afectados”.
Más info en http://www.elnuevodia.com/condenadoporreclutarninossoldado-1297534.html
El principal problema de Africa, sobretodo del Africa Negra, perdon Subsahariana, es su contacto con el Primer Mundo. En realidad, Africa no ha cambiado tanto: las guerras tribales y el bandolerismo puro y duro siguen siendo el pan nuestrod e cada dia, solo que antes los matones y bandoleros usaban machetes y clechas, loq ue limitab los daños, y ahora usan fusles ametralladores, lo que aumenta el numero de muertos. Los diamantes son mas un problema que un benefico, pero solo porque el Primer Mundo los quiere. Si su ambito de uso se limitara al Africa, los diamantes causarian muchas emnso desgracias. La solucion? Desde luego no la ayuda internacional: se ha tirado ya dinero a espuertas sin ningun resultado. Quiza un aislamiento terapeutico de todo el subcontinente sirviera para algo.
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