12 nov 2011

Hoy toca gastronomía

Biltong, frikkadelle, potjirekos… no son más que exóticos nombres de algunos platos comunes y corrientes de la cocina sudafricana. En realidad se trata, respectivamente, de carne curada en salazón -similar a una carne seca como la cecina-, de albóndigas de ternera o cerdo y de un estofado tradicional elaborado con carne y verduras cocinadas en potes de hierro fundido.

La gastronomía de este país se origina en una amplia variedad de fuentes y usos. Desde la cocina nativa de los khoisan, xhosa y shoto, por ejemplo, hasta la introducida durante la época colonial por afrikáners y británicos, sin olvidar la influencia culinaria aportada por inmigrantes provenientes de India, Malasia y Java.

800px-CuisineSouthAfricaCon frecuencia, el uso y abuso de una inmensa variedad de salsas enmascara el verdadero sabor de lo cocinado y, francamente, a veces no sabe uno lo que come. Mejor, no vaya a ser que le estén sirviendo mashonzha. Que por aquí no es todo carne de avestruz -deliciosa y baja en colesterol- o sosaties, un pincho de vacuno marinado muy rico.

La mashonzha se elabora con las grandes orugas de la mariposa emperador, propia del sur de África e importante fuente de proteínas para millones de sudafricanos. Son atrapadas principalmente en el entorno de un árbol llamado mapani, de cuyas hojas se alimentan, aunque comen también de otros árboles indígenas, incluyendo hojas de mango. En los matorrales, las orugas no son consideradas propiedad de nadie, pero muy cerca de una casa se pide permiso para su recolección. En ocasiones, las mujeres ponen una marca en los árboles estableciendo así su propiedad.

800px-Mopane_worm_on_mopane_treeCuando la oruga es capturada, se pincha en la cola para romper sus tripas y luego se aprieta como un tubo de dentífrico para expeler su contenido verdoso. El método tradicional para su conservación es secarlas al sol o ahumarlas, aportando así un aroma adicional. Como las orugas secas casi no tienen sabor, frecuentemente se las enlata en salmuera o en salsa de tomate o en cualquier salsa picante. Presentes en todos los mercados rurales del país y en  muchos supermercados de las ciudades.

Las orugas secas se pueden comer sin más condimento, como un aperitivo crujiente. También suelen rehidratarse y luego se fríen y cocinan con cebolla, tomate y especias, y se sirven con sadza, una especie de gachas espesas a base de harina de maíz. Yo las probé a la pimienta y con tomate. No están mal.

El canal gastronómico Food Network presenta en internet un spot en el que un matrimonio norteamericano visita una remota tribu africana y comen mashonzha. El marido lo describe como de sabor a “pollo asado en miel”. Más tarde, el jefe de esa tribu es huésped de la pareja en Estados Unidos y le sirven pollo asado realmente en miel cuyo sabor describe en el vídeo -en su idioma nativo y subtitulado- “justo como las orugas del mapani”.

El gusto está hecho de mil repulsiones.


IMÁGENES: Arriba, cocina típica sudafricana. Obsérvense los potes de hierro fundido y la gran cantidad de salsas listas para aderezar cualquier plato. Abajo, oruga del mapani. Tradicionalmente se cosechaban para subsistencia y nutrición. En la actualidad, Sudáfrica comercializa unas 1.600 toneladas de estas orugas anualmente.

Según la FAO, se consumen más de 500 insectos distintos en países de África, Asia y América, sobre todo escarabajos, hormigas, abejas, saltamontes y mariposas, cuya riqueza en proteínas es similar a la de la carne y el pescado.

7 comentarios:

Pascale Lora dijo...

Cuando me invitas a comer? Y no lo digo de broma: me gustan muchos los insectos que comi ya en varios paises... y por ser mas o menos vegetariana (de carnes grasas),sus proteinas me vienen muy bien!

Que tengas un feliz fin de semana!

Aqui vamos a pasarlo con viento del sur, asi que una vueltita a la playa no esta excluida!

Un abrazo.

Oscar dijo...

Yo de pequeño, recoia caracoles del jardin de mis vecinos en Bs As y se los "purgaba" introduciendolos en una caja con aserrin, y al cabo de 1 semana los hervian y los aliñaban con salsa de tomate o simplemente con ajo y perejil..., el caracol es similar ese gusano de Sudafrica

José María dijo...

Pues bueno, yo me quedo con la tortilla de patatas o con la paella que tenemos pendiente en Barcelona.

Ana dijo...

Acabo de terminar mi desayuno y de leer tu artículo sobre las deliciosas orugas africanas. Me recuerda a todos esos insectos exóticos que yo también probé en su día en mis recorridos por América latina y Asia.
Me gusta como lo cuentas y porque la lectura de tus líneas es siempre amena y enseña algo nuevo. Muchas gracias y muchos besos.

Alberto dijo...

De verdad que vaya ganas de comer la dichosa oruguita!!!!!!
Solo de verla da un repelus...
Un abrazo.

Ángela dijo...

Querido Felix, qué tal estás? Como siempre, de lo más interesante.
Cuidate mucho. Un beso enorme.

Roberto dijo...

Me voy metiendo en el viaje con tus relatos; ya me veo saboreando una oruga. Abrazo.